8 de abril de 2014

Oración del Jubileo 1858-2008


Dios, Padre nuestro, 
entre todas tus criaturas, hiciste surgir a María,
la criatura perfecta, la "Inmaculada Concepción".
En Lourdes, ella misma se dio este nombre
y Bernardita lo repitió.
La Inmaculada Concepción es un grito de esperanza:
el mal, el pecado y la muerte ya no son los vencedores.
María, signo precursor, aurora de la salvación.
María,
la inocencia, refugio de los pecadores,
Te rogamos.
Ave María, gratia plena!

Señor Jesús,
Tu nos has dado a María como Madre.
Ella compartió tu Pasión y tu Resurección.
En Lourdes, se mostró a Bernardita,
contristada por nuestros pecados, pero radiante de tu luz.
Por medio de Ella, te presentamos las alegrías y las penas,
las nuestras, las de los enfermos, las de todos los hombres.
María,
hermana y madre nuestra,
nuestra confidente y nuestra ayuda,
Te rogamos.
Ave María, gratia plena!

Espíritu Santo, Espíritu de amor y unidad.
En Lourdes, María pidió por medio de Bernardita,
que se construya una capilla y que se venga en procesión.
Inspira a la Iglesia, construida por Cristo sobre la fe de Pedro.
Congrégala en la unidad.
Guía la peregrinación de la Iglesia,
para que sea fiel y decidida.
María colmada del Espíritu Santo,
la esposa y la esclava.
Modelo de los cristianos y rostro materno de la Iglesia,
Te rogamos.
Ave María, gratia plena!

Por tantas gracias recibidas aquí,
por todas las conversiones,
por todo el perdón,
por todas las curaciones,
por las vocaciones y las promesas
que has hecho nacer y has confirmado aquí,
por la alegría del servicio, que nos haces apreciar,
Nuestra Señora de Lourdes,
te damos las gracias.
Benedicta tu in mulieribus!

Con todos los seres humanos, hermanos nuestros,
con los pueblos carentes de paz y de justicia,
con los jóvenes que buscan su camino,
con los que sufren por el luto o la enfermedad,
 la discapacidad o el fracaso,
con los que tendría motivo para desesperar
a Ti que te mostraste toda joven a la joven Bernardita,
Nuestra Señora de Lourdes,
te rogamos.
Ora pro nobis!

Porque eres la sonrisa de Dios,
el reflejo de la luz de Cristo,
la morada del Espíritu Santo;
porque escogiste a Bernardita en su miseria,
porque eres la estrella de la mañana, la puerta del cielo,
y la primera criatura resucitada,
Nuestra Señora de Lourdes,
te admiramos,
te aclamamos
y cantamos contigo las maravillas de Dios.
Magnificat!