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XVI domingo del tiempo ordinario
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14 de junio de 2020
Cuerpo de Cristo
6 de junio de 2020
Solemnidad de la Santísima Trinidad.
30 de mayo de 2020
Pentecostés. Fiesta del Espíritu Santo.
23 de mayo de 2020
Reflexiones Teológicas: Subió al cielo
SUBIÓ AL CIELO, Y ESTÁ SENTADO A LA DERECHA DEL PADRE, Y DE NUEVO VENDRÁ CON GLORIA
El sentido de las apariciones es éste: agrupar un círculo de discípulos que puedan testimoniar que Jesús no ha permanecido en el sepulcro sino que está vivo. Su testimonio es una misión: han de anunciar que Jesús es el Viviente, la Vida misma.
Primeramente deben anunciar esto a Israel (los judíos son los primeros destinatarios de la salvación) pero también esta este testimonio de salvación se dirige a todos los pueblos (Mt 28,18s; Hech 1,8; 22,21).
También forma parte del mensaje el anunciar que Jesús vendrá a juzgar a vivos y muertos, y para establecer definitivamente el Reino de Dios en el mundo. Una corriente de teología moderna ha sostenido que este anuncio es el contenido principal, si no el único núcleo del mensaje. Se afirma así que Jesús mismo habría pensado exclusivamente en categorías escatológicas. La espera inminente del Reino habría sido el verdadero elemento específico de su mensaje y el primer anuncio apostólico no habría sido diferente.
Pero si esto es así, ¿cómo podría haber persistido la fe cristiana una vez comprobado que la esperanza inminente no se cumplió? De hecho, esta teoría contrasta con los textos y también con la realidad del cristianismo naciente, que experimentó la fe como una fuerza que actúa en el presente, y a la vez, como esperanza.
Los discípulos han hablado ciertamente del retorno de Jesús, pero sobre todo, han dado testimonio de que Él es el que ahora vive, la vida misma, en virtud de la cual nosotros llegamos a ser vivientes (cf Jn 14,19).
Jesús es el Resucitado, el “ensalzado a la derecha de Dios” (cf Hech 2,33), pero, ¿acaso no está precisamente por eso completamente ausente? O por el contrario, ¿es de algún modo accesible? ¿Podemos adentrarnos nosotros a la derecha del Padre? ¿Existe, no obstante, en la ausencia, una presencia real? Además del en el último día, ¿no puede venir también hoy?
Estas preguntas caracterizan el Evangelio de Juan y las Cartas de Pablo. La respuesta está trazada en el relato de la Ascensión de Lucas y las narraciones que comienzan el libro de los Hechos de los Apóstoles.
Lc 24,50-53 nos dice una cosa sorprendente: los discípulos estaban llenos de alegría después de que el Señor se había alejado definitivamente de ellos. Nosotros nos esperaríamos que quedaran desconcertados y tristes. El mundo no había cambiado, Jesús se había separado definitivamente y además habían recibido una tarea aparentemente irrealizable. Todo adiós deja tras de sí un dolor. Aunque Jesús había partido como persona viviente, ¿cómo es posible que su despedida no les produjera tristeza?
Deducimos que los discípulos no se sienten abandonados, no creen que Jesús se haya disipado en un cielo inaccesible y lejano. Están seguros de una presencia nueva de Jesús. La ascensión no es un marcharse a una zona lejana del cosmos, sino la permanente cercanía que los discípulos experimentan con tal fuerza que les produce una alegría duradera.
La conclusión del Evangelio de San Lucas nos ayuda a entender mejor el comienzo del Libro de Hechos de los Apóstoles en el cual se relata explícitamente a ascensión de Jesús. En este relato los discípulos, apegados aún a las antiguas ideas, le preguntan sobre la reinstauración del reino de Israel. Jesús a esta idea contrapone la promesa del Espíritu Santo y la encomienda de ser sus testigos hasta los confines del mundo. Se rechaza explícitamente la pregunta acerca del tiempo y del momento. La actitud de los discípulos no debe ser hacer conjeturas sobre la historia ni la de tener fija la mirada en el futuro desconocido. El cristianismo es presencia: don y tarea; estar contentos por la cercanía interior de Dios, y por eso mismo, dar testimonio a favor de Jesucristo.
La nube luminosa que lo envuelve y oculta nos recuerda el momento de la transfiguración (cf Mt 17,5); el encuentro de María y Gabriel (cf Lc 1,35); la tienda del encuentro en la Antigua Alianza, en la cual la nube es la señal de la presencia de JHWH (cf 40,34s), que también guía a Israel en su peregrinación por el desierto (cf Ex 13,21s). La nube tiene un claro carácter teológico. Presenta la desaparición de Jesús no como un viaje a las estrellas, sino como un entrar en el misterio de Dios. Con eso se alude a un orden de magnitud completamente diferente, a otra dimensión del ser.
El Nuevo Testamento, haciendo referencia al Salmo 110,1, describe el “lugar” al que Jesús se ha ido con una nube como un “sentarse” (o estar) a la derecha de Dios. ¿Qué significa esto? Este modo de hablar no se refiere a un espacio cósmico. Dios no está en un espacio junto a otros espacios. Dios es Dios. Él es el presupuesto y el fundamento de toda dimensión espacial existente, pero no forma parte de ella. La relación de Dios con todo lo que tiene espacio es la del Dios y Creador. Su presencia no es espacial sino, precisamente, divina. Estar “sentado a la derecha de Dios” significa participar en la soberanía propia de Dios sobre todo espacio.
El Jesús que se despide no va a alguna parte en un astro lejano. Él entra en la comunión de vida y poder con el Dios viviente, en la superioridad de Dios sobre todo espacio. Por eso “no se ha marchado”, sino que en virtud del poder de Dios, ahora está siempre presente junto a nosotros y por nosotros. El me voy y vuelvo a vuestro lado (Jn 14,28) sintetiza maravillosamente este “irse” de Jesús, que es al mismo tiempo un venir.
Puesto que Jesús está junto al Padre, no está lejos, sino cerca de nosotros, no está en un solo lugar del mundo como antes de la ascensión; con su poder supera todo espacio, Él ahora no está en un solo sitio, sino que está presente al lado de todos, y todos lo pueden invocar en todo lugar y a lo largo de la historia.
Cristo junto al Padre no está lejos de nosotros; si acaso, somos nosotros los que estamos lejos de Él; pero la senda entre Él y nosotros está abierta. De lo que se trata no es de un recorrido geográfico sino de un recorrido del corazón: salir de nuestra cerrazón y abrirse al amor divino que abraza al universo.
En Hech 1,11 leemos: Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo, volverá como le habéis visto marcharse. Con esto queda confirmada la fe en el retorno de Jesús, pero al mismo tiempo se subraya que no es tarea de los discípulo quedarse mirando al cielo o conocer los tiempos y los momentos escondidos en el secreto de Dios. Su tarea es llevar el testimonio de Cristo hasta los confines de la tierra.
La fe en el retorno de Cristo es otro pilar de la confesión cristiana. Esto implica la certeza en la esperanza de que Dios enjugará toda lágrima, que nada quedará sin sentido, que toda injusticia quedará superada. La victoria del amor será la última palabra de la historia del mundo.
A los cristianos para el tiempo “intermedio” se les pide vigilancia, esto significa que no se encierre en el momento presente, que no se abandone a las cosas tangibles. Vigilancia es apertura al bien, a la verdad, a Dios, en medio de un mundo a menudo inexplicable y acosado por el poder de mal. Esto esta explicado en las parábolas escatológicas de Jesús (cf Lc 12,42-48; Mt 25,1-13).
El Apocalipsis termina con la promesa del retorno del Señor e implorando que se cumpla: el que atestigua esto responde: “Sí, vengo enseguida”. Amén. ¡Ven, Señor Jesús!” (20,20). Es esta la oración de la persona enamorada, que en medio del dolor, espera la llegada del amado que tiene el poder de acabar con el dolor y traer la salvación. Es el grito lleno de esperanza que anhela la cercanía de Jesús en una situación de peligro, en la que sólo Él puede ayudar.
San Pablo al final de 1 Cor pone la misma oración según la formulación aramea, pero que puede ser dividida, y por tanto se puede entender de dos maneras:
-Marana tha (Ven, Señor)
-Maran atha (El Señor viene)
La espera cristiana de la llegada de Jesús es al mismo tiempo súplica (Ven) y certeza llena de gratitud (Él viene).
La Didajé (ca 100) atestigua que este grito formaba parte de las plegarias litúrgica de la celebración eucarística de los primeros cristianos.
La oración cristiana por el retorno de Jesús contiene siempre también la experiencia de us presencia. Esta plegaria nunca se refiere exclusivamente al futuro. Sigue siendo válido precisamente lo que ha dicho el Resucitado: Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo (Mt 28,20). Él está con nosotros ahora, y de modo particularmente denso en la presencia eucarística. Pero, viceversa, la experiencia cristiana de la presencia lleva también en sí misma la tensión hacia el futuro, hacia la presencia definitivamente cumplida: la presencia de ahora no es todavía completa. Impulsa más allá de ella misma. Nos pone en camino hacia lo definitivo.
San Bernardo habla de una triple visión de la venida del Señor (oficio de lectura del miércoles de la 1ª semana de adviento):
1. Primera venida: en carne y debilidad.
2. Venida intermedia (adventus medius): en espíritu y poder.
3. Última venida: en gloria y majestad.
Para confirmar su tesis San Bernardo se remite a Jn 14,23: El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
Se habla explícitamente de una venida del Padre y del Hijo: es la escatología del presente. El tiempo intermedio no está vacío, hay una presencia anticipadora.
Las modalidades de esta venida intermedia son múltiples: el Señor viene en su Palabra, en los sacramentos (especialmente en la Eucaristía), y también a través de palabras y acontecimientos… y por la vida santa de tantos y tantas, que se convierten en testigos de su presencia.
Lc 24,50s dice: Levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía, se separó de ellos subiendo al cielo. Jesús se va bendiciendo. Sus manos quedan extendidas sobre este mundo. Las manos de Cristo que bendicen son como un techo que no protege. Pero al mismo tiempo son un gesto de apertura que desgarra el mundo para que el cielo penetre en él, para que Dios penetre en él, y llegue así a estar presente en ese mismo mundo.
Por la fe sabemos que Jesús, bendiciendo, tiene sus manos extendidas sobre nosotros. Ésta es la razón permanente de la alegría cristiana.
Solemnidad de la Ascensión 2020
16 de mayo de 2020
Mes de mayo con la Virgen de Lourdes
VI Domingo de Pascua 2020
10 de mayo de 2020
V Domingo de Pascua 2020
2 de mayo de 2020
IV Domingo de Pascua 2020
25 de abril de 2020
Tercer Domingo de Pascua 2020
18 de abril de 2020
Domingo de la Divina Misericordia 2020
11 de abril de 2020
Domingo de Pascua de Resurrección 2020
Sábado Santo 2020
10 de abril de 2020
Viernes Santo 2020
Jueves Santo 2020
5 de abril de 2020
Domingo de ramos en la Pasión del Señor
3 de abril de 2020
La verdad os hará libres
Estas palabras de Jesucristo adquieren, si cabe una fuerza mayor, en los días que vivimos. La Iglesia no puede perder su fuerza profética frente a esta situación que estamos viviendo. No podemos ser simplemente una voz de disidencia controlada o que no moleste mucho.
A día de hoy (2 de abril) ya se contabilizan más de 10.000 muertos en España por esta epidemia. Las estadísticas se pueden hacer de muchas maneras: Si yo sólo contabilizo a los que les he hecho la prueba, y a los otros no, aunque tuvieran todos los síntomas, el número de muertos es mucho más bajo. Esto vale también para el número de afectados totales.
¿Cómo es posible, sabiendo las cosas con una antelación bastante grande que las Administraciones no hicieran acopio de material?
¿Cómo es posible que un país como el nuestro “dependa” de China para tener mascarillas…? Es más complicado hacer armas (España 7º exportador de armas del mundo) que mascarillas, etc. Pensemos en la capacidad industrial de España ahora y la Francia o Alemania de la I Guerra Mundial…, es más difícil la producción industrial para y en medio de un conflicto bélico. ¿Qué intereses hay? ¿Hay dinero de ida y vuelta?
¿Cómo es posible que el día 7 de marzo ya no se admitiera visitas a las residencias de ancianos por parte de sus familias y al día siguiente se permitiera megaconcentraciones?
¿Cómo es posible que se diera a las residencias instrucciones de no ingresar a los ancianos de las residencias con problemas cardiorrespiratorios en los hospitales y que se quedaran en las residencias?
¿Cómo es posible que se dijera que no hacía falta llevar mascarillas y guantes por parte de las autoridades?
¿Cómo es posible que los agentes estén sin esos medios de protección parando a la gente, pudiendo ser ellos foco de infección o infectarse?
¿Cómo es posible que entren en una iglesia donde estaba el sacerdote y otra persona y entre la policía sin mascarillas y con armas y pida la documentación violando así una propiedad ajena?
¿Por qué se ha creado un estado policial, en el cual no hay casi mínima libertad de movimientos? (Si alguien va solo al monte, que más da)
¿Cómo es posible que se habilite para los sin techo un pabellón donde no hay ningún tipo de aislamiento?
¿Cómo es posible que algunos tengan sitio, por casualidad, en una clínica exclusiva?
¿Cómo es posible que se rescaten medios de comunicación social privados? (Sería necesario también reflexionar sobre el papel de los medios de comunicación propiedad de la Conferencia Episcopal, lo que cuestan y si buscan la verdad o están al servicio del sistema para no perder las migajas que caen del plato de los amos).
¿Cómo es posible durante muchos días no tuviésemos imágenes del interior de los hospitales saturados?
¿Cómo es posible que el IFEMA fuera estupendo hasta hace unos días y ahora un desastre? (Algunos ya teníamos claro la realidad desde el principio).
¿Cómo es posible que no se vean en España las imágenes de la cantidad de féretros que hay acumulados y sí los de Italia? (Hoy he visto la primera foto).
¿Cómo es posible que el primer encuentro del Presidente sea con un magnate de las finanzas famoso por su interés en crear un nuevo orden mundial?
¿Cómo es posible explotar el emotivismo de la gente con los aplausos a los sanitarios y cuando se hace la pregunta (que además son filtradas) del porqué en España hay un tanto por ciento mayor de sanitarios infectados primero se de una vuelta para acabar diciendo que se pudieron contagiar en otros sitios?
¿Cuánto se ahorra en pensiones y gastos sanitarios si la mayoría de los fallecidos son jubilados o personas cerca de la jubilación o con patologías previas? Es cuestión de multiplicar.
La eugenesia y la eutanasia es ahorro (aunque sea bárbaro y antihumano).
Una cosa buena, lo decía el Papa Francisco, es tener vergüenza, hay muchas cosas en nuestra vida de las que avergonzarnos, lo peor es cuando uno la pierde, ya le da igual todo, se convierte así en un sinvergüenza. Creo que nos entendemos…
El diablo es el padre de la mentira y el homicida desde el principio. En las guerras la primera víctima es la verdad y detrás vienen las personas. Cooperadores de la Verdad. Este era el lema de Benedicto XVI.
La Iglesia recuerda que estamos llamados a la Vida Eterna, a la Comunión con Dios, ya empezada en el Bautismo, pero que podemos malograr con un mal uso de nuestra libertad. La Iglesia, además, Madre y Maestra, también debe de iluminar el camino de los hombres para que no sean peones que se sacrifican en aras de otros intereses (sean ideológicos, económicos o de poder). El hombre nunca puede ser un medio para otros fines.
Aprovechemos estos días para acercarnos al que es el Camino, la Verdad y la Vida, a Jesús. No como un consejo piadoso sino porque en Él está nuestra autentica meta. Podemos “resetear” en estos días muchas cosas de nuestra vida. Si llegamos al Cielo todo habrá valido la pena.
Sabed también, si alguno tenéis amigos enfermos o fallecidos, sean del coronavirus o de otra cosa, que todos los días (salvo el domingo que se celebra por el pueblo encomendado) se celebra la Misa por ellos, pues el Santo Sacrificio, actualización del Misterio Pascual, no cesa de ofrecerse cada día.
31 de marzo de 2020
Reflexiones Teológicas: Acontecimientos Pascuales
01. ENTRADA EN JERUSALÉN Y PURIFICACIÓN DEL TEMPLO [PDF]
02. DISCURSO ESCATOLÓGICO DE JESÚS [PDF]
03. EL LAVATORIO DE LOS PIÉS [PDF]
04. LA ORACIÓN SACERDOTAL DE JESÚS [PDF]
05. LA ÚLTIMA CENA [PDF]
06. GETSEMANÍ [PDF]
07. EL PROCESO A JESÚS [PDF]
08. CRUCIFIXIÓN Y SEPULTURA DE JESÚS [PDF]
09. LA RESURRECCIÓN DE JESÚS [PDF]
Los presentes textos son un resumen de la obra de Joseph Ratzinger, " Jesús de Nazaret. Desde la Entrada en Jerusalén a la Resurrección"
16 de marzo de 2020
Bajo tu protección nos acogemos, Santa Madre de Dios.
Sub Tuum Praesidium
"Bajo tu protección nos acogemos, Santa Madre de Dios..."
Desde mañana martes 17 de marzo, a las 12:00, a la hora del Ángelus, tocarán las campanas de Nuestra Señora de Lourdes de Mondariz Balneario, llamando a la oración.
Ponemos bajo la intercesión de la Virgen nuestras parroquias de Balneario, Vilar, Paredes y también por todos los que sufren o han sufrido esta pandemia en todo el mundo, especialmente los que están solos, los enfermos y los pobres.
Bajo tu protección nos acogemos,
Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas que te dirigimos
en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos siempre de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!,
Amén
Recordar que todos los que precisen recibir los sacramentos por enfermedad grave pueden llamar al párroco
[634 55 70 92]