3 de septiembre de 2017

Natividad de la Virgen María



Comenzamos este mes de septiembre celebrando el día 8 la fiesta de la Natividad de la Virgen María, que la tradición que arranca con el Protoevangelio de Santiago sitúa al lado de la Piscina Probática en Jerusalén. El nacimiento de la Virgen María (Miryam, en hebreo; Mariam, en arameo) ha sido causa de alegría no sólo para sus padres Joaquín y Ana, sino para toda la Iglesia. Este día es un buen día para pedir por las madres embarazadas o que ya han dado a luz, y por aquellos matrimonios a los cuales no les vienen los hijos.

El día 14 se celebra la Exaltación de la Santa Cruz, fiesta que nos recuerda el hallazgo por Santa Elena del madero donde murió Jesucristo. Le pedimos al Señor que nos haga amar nuestra cruz de cada día, que sepamos ver en las contrariedades de cada jornada no una dificultad sino una oportunidad para crecer en el amor a Dios y a los demás.

El día 16 a las 12 de la mañana celebraremos en Paredes la memoria de su patrono, el gran San Cipriano. El Obispo Cipriano tiene varias obras que se conservan y que nos pueden servir de enseñanza en el Tratado sobre el Padrenuestro nos da una lección de cómo debe ser la oración del cristiano:
Los cristianos son hijos de Dios, y se juntan para rezar:
Ante todo no quiso el Doctor de la paz y Maestro de la unidad que orara cada uno por sí y privadamente, de modo que cada uno, cuando ora, ruegue sólo por sí. No decimos "Padre mío, que estás en los cielos", ni "el pan mío dame hoy", ni pide cada uno que se le perdone a él solo su deuda o que no sea dejado en la tentación y librado de mal. Es pública y común nuestra oración, y, cuando oramos, no oramos por uno solo, sino por todo el pueblo, porque todo el pueblo forma una sola cosa. El Dios de la paz, que nos enseña la concordia y la unidad, quiso que uno solo orase por todos, como Él llevó a todos en sí solo.

El tercer sábado de mes, día 16, a las 18.30 en la iglesia de Nuestra Señora de Lourdes de Mondariz Balneario, habrá retiro espiritual para mujeres.

Todos los que quieran participar en la formación catequética, niños, jóvenes y adultos pueden hablar con el párroco.